Una nueva experiencia bloguera en el sitio Scientia. Invitados todos los que se sientan llamados a colaborar. Si están interesados, por favor, dejen algún correo de contacto en los comentarios (en cualquiera de mis blogs) y les escribiré con más detalles.
Estoy pensando darme un tiempo prudente para organizarme y 'reclutar' personas interesadas, así que, esperaré algunas semanas para reunir toda vuestra información antes de comenzar.
miércoles, 30 de julio de 2008
Se buscan cerebros con conocimiento a compartir
martes, 22 de julio de 2008
¿Y tú, eres un turista?
"Así siempre son esos: nunca cuidan las cosas que no son de ellos."
El Mago, en 'Discusiones sobre el Taller'
Una de las frases más facilonas con las que autoridades bolivianas se enjugan la boca --aunque supongo que es lo mismo en otros países-- está en la repetición incesante de la necesidad de invertir más en la denominada 'industria sin chimeneas', el turismo. A veces, por como están planteadas esas ideas, uno podría pensar que cualquier sacrificio es bienvenido si se lo hace en aras de sacarle rédito a los dólares/euros/yenes de los potenciales visitantes de nuestro terruño. Nada malo, considerando que todos tenemos el derecho de circular e ir donde nuestros pies sean capaces de llevarnos y nuestras billeteras puedan costearse el disparate. Pero, y aquí radica el problema, ¿cómo hacer con el turismo depredador, ese que mueve millones de turistas sedientos de aventura, en millones de coches 4x4, consumiendo millones de litros de agua, generando millones de toneladas de basura?
Algunos reportes periodísticos relatan los estragos de practicar el turismo desmedido. Un ejemplo impresionante y lamentable es el de esa mítica --ahora cochina-- montaña: el Everest, donde los turistas, por millones, van dejando año tras año sus desechos regados por doquier con el único afán de 'conquistar la cima del mundo' y, por supuesto, jactarse del hecho tan ufanos como lo hace el adolescente que relata los recuerdos de una farra exagerada a sus amigos.
Alguna vez mencioné al cochino Lago Titicaca con su multitud de hoteluchos contaminantes que funcionan 'sin chimeneas' pero con unos desagües infernales que hacen parecer a aquellas como límpidos manantiales de vida. Alguien me podría recordar la necesidad de no hacer generalizaciones, pero creo que, viendo tantas pruebas irrefutables de contaminación en el lago, es muy difícil no girar la cabeza hacia todos los tipos de industria que se generan en esa región y concluir que, en efecto, el Lago Titicaca está supercontaminado (lo que es también válido para cualquier otra región del mundo o patrimonio cultural o natural que haya sido depredado o vandalizado o contaminado por la industria o el turismo).
Es fácil estimar la capacidad destructiva que las hordas turísticas son capaces de provocar a, por ejemplo, los pisos de algún templo o las ruinas o patrimonios arqueológicos de la antigüedad. Para hacernos una idea de esto sólo basta con darnos una vuelta por algún edificio con alto tráfico de visitantes (no necesariamente turistas). En la UMSA, por ejemplo, basta ver el desgaste sufrido en las losas de las graderías provocados por el paso lastimero de sus estudiantes, docentes, visitantes. Los cantos de las gradas están tan rodados que algunos se han vuelto un peligro para aquellos distraídos que dan un paso en falso poniendo en peligro, con la caída, su vida misma. Imaginemos ahora el desgaste sufrido por monumentos, templos de la antigüedad o sitios arqueológicos que han sobrevivido el paso del tiempo por eones pero que, lastimosamente, han venido a encontrarse con nosotros, los habitantes de la moderna civilización industrial de turismo en masa y lluvia no precisamente vivificadora (el fenómeno de la lluvia ácida, por ejemplo, está ampliamente documentado y es bastante conocido desde hace bastante tiempo).
Creo que el principal problema del turismo está en que los viajeros no han podido comprender, de manera exhaustiva, la necesidad que tenemos como especie humana de preservar las verdaderas riquezas que existen en el planeta. No se puede comercializar con la naturaleza esperando que esta no sufra ninguna consecuencia. Creo que si entendemos que este planeta es nuestro hogar, si lo consideramos nuestra casa, seremos capaces de cuidarlo por ese simple hecho. Si viajamos a cualquier lugar, debemos entender que ese lugar sigue siendo parte de este planeta, que tiene un ecosistema adecuado a su localización geográfica y que debe ser preservado como tal. Debemos entender que los habitantes de la región que visitamos tienen costumbres que son adecuadas al lugar, que debemos respetarlas y que no debemos interferir con ellas. Como viajeros debemos ser responsables de nuestras acciones, de los desechos que generamos (idealmente sin generarlos por montones), del agua que consumimos (sin derrocharla ni contaminarla), sin perturbar la vida silvestre del lugar, sin traficar con ninguna especie, aún cuando sea un diminuto insecto, ni levantar cosas como memento o nostálgica razón, ni destruir el patrimonio histórico del lugar dejando 'recuerdos' marcados en sus estructuras. O, mejor aún, quizás debamos dejar de comportarnos como estereotípicos turistas, y en lugar de sacarnos fotos con los monumentos famosos del lugar disfrutemos de ellos, observémoslos, aprendamos de ellos. No los convirtamos en absurdos objetos de ostentación ni trivialicemos su valor histórico o natural.
Dejemos de ser turistas y seamos verdaderos seres humanos conscientes de que vivimos en una misma casa, que somos diferentes pero que tenemos iguales valores. Es más, borremos las fronteras, reales e imaginarias, eliminemos las diferencias y de una buena vez entendamos que todos somos iguales en derechos, obligaciones y necesidades. Que las plantas, los animales y nosotros nos necesitamos mutuamente, que preservar ese equilibrio es importante y necesario. Entendamos que nuestras acciones tienen siempre un efecto en el resto de sistemas componentes de este planeta y que sólo nosotros tenemos el poder necesario para preservarlos y mantenerlos saludables.
Nota. Este post estaba programado para hace algún tiempo, pero lo retrasé por diversas razones. Lo puse ahora coincidentemente con lo que algunas agencias ecoterroristas de viaje están haciendo en La Paz: promoviendo turismo de aventura en el Parque Madidi, ¡con cacería incluída! Estoy trabajando en la información al respecto para poder desenmascarar a esa gentuza.
Fotos: CC
Alguna vez mencioné al cochino Lago Titicaca con su multitud de hoteluchos contaminantes que funcionan 'sin chimeneas' pero con unos desagües infernales que hacen parecer a aquellas como límpidos manantiales de vida. Alguien me podría recordar la necesidad de no hacer generalizaciones, pero creo que, viendo tantas pruebas irrefutables de contaminación en el lago, es muy difícil no girar la cabeza hacia todos los tipos de industria que se generan en esa región y concluir que, en efecto, el Lago Titicaca está supercontaminado (lo que es también válido para cualquier otra región del mundo o patrimonio cultural o natural que haya sido depredado o vandalizado o contaminado por la industria o el turismo).
Es fácil estimar la capacidad destructiva que las hordas turísticas son capaces de provocar a, por ejemplo, los pisos de algún templo o las ruinas o patrimonios arqueológicos de la antigüedad. Para hacernos una idea de esto sólo basta con darnos una vuelta por algún edificio con alto tráfico de visitantes (no necesariamente turistas). En la UMSA, por ejemplo, basta ver el desgaste sufrido en las losas de las graderías provocados por el paso lastimero de sus estudiantes, docentes, visitantes. Los cantos de las gradas están tan rodados que algunos se han vuelto un peligro para aquellos distraídos que dan un paso en falso poniendo en peligro, con la caída, su vida misma. Imaginemos ahora el desgaste sufrido por monumentos, templos de la antigüedad o sitios arqueológicos que han sobrevivido el paso del tiempo por eones pero que, lastimosamente, han venido a encontrarse con nosotros, los habitantes de la moderna civilización industrial de turismo en masa y lluvia no precisamente vivificadora (el fenómeno de la lluvia ácida, por ejemplo, está ampliamente documentado y es bastante conocido desde hace bastante tiempo).
Creo que el principal problema del turismo está en que los viajeros no han podido comprender, de manera exhaustiva, la necesidad que tenemos como especie humana de preservar las verdaderas riquezas que existen en el planeta. No se puede comercializar con la naturaleza esperando que esta no sufra ninguna consecuencia. Creo que si entendemos que este planeta es nuestro hogar, si lo consideramos nuestra casa, seremos capaces de cuidarlo por ese simple hecho. Si viajamos a cualquier lugar, debemos entender que ese lugar sigue siendo parte de este planeta, que tiene un ecosistema adecuado a su localización geográfica y que debe ser preservado como tal. Debemos entender que los habitantes de la región que visitamos tienen costumbres que son adecuadas al lugar, que debemos respetarlas y que no debemos interferir con ellas. Como viajeros debemos ser responsables de nuestras acciones, de los desechos que generamos (idealmente sin generarlos por montones), del agua que consumimos (sin derrocharla ni contaminarla), sin perturbar la vida silvestre del lugar, sin traficar con ninguna especie, aún cuando sea un diminuto insecto, ni levantar cosas como memento o nostálgica razón, ni destruir el patrimonio histórico del lugar dejando 'recuerdos' marcados en sus estructuras. O, mejor aún, quizás debamos dejar de comportarnos como estereotípicos turistas, y en lugar de sacarnos fotos con los monumentos famosos del lugar disfrutemos de ellos, observémoslos, aprendamos de ellos. No los convirtamos en absurdos objetos de ostentación ni trivialicemos su valor histórico o natural.
Dejemos de ser turistas y seamos verdaderos seres humanos conscientes de que vivimos en una misma casa, que somos diferentes pero que tenemos iguales valores. Es más, borremos las fronteras, reales e imaginarias, eliminemos las diferencias y de una buena vez entendamos que todos somos iguales en derechos, obligaciones y necesidades. Que las plantas, los animales y nosotros nos necesitamos mutuamente, que preservar ese equilibrio es importante y necesario. Entendamos que nuestras acciones tienen siempre un efecto en el resto de sistemas componentes de este planeta y que sólo nosotros tenemos el poder necesario para preservarlos y mantenerlos saludables.
Nota. Este post estaba programado para hace algún tiempo, pero lo retrasé por diversas razones. Lo puse ahora coincidentemente con lo que algunas agencias ecoterroristas de viaje están haciendo en La Paz: promoviendo turismo de aventura en el Parque Madidi, ¡con cacería incluída! Estoy trabajando en la información al respecto para poder desenmascarar a esa gentuza.
Fotos: CC
martes, 15 de julio de 2008
Breviario: catarsis de mi vocabulario personal
jueves, 10 de julio de 2008
¡Fracaso!
Confieso haber sido extremadamente pesimista acerca de la reunión que los 8 ecodepredadores mayores del planeta llevaron a cabo en Hokkaido, Japón, durante tres interminables almuerzos trabajo, cenas trabajo y demás banquetes-exótico-extravagantes trabajo los días 7, 8 y 9 de julio (¡se gastaron casi 4 mil millones de bolivianos en tres días!). Todo un circo mediático y repetitivo con políticos manipuladores haciendo lo políticamente correcto.
"No esperen acuerdos importantes respecto al medio ambiente" nos decía Fukuda algunas semanas atrás, y así fue. Los mayores avances se dieron en el terreno energético y económico, concluyendo lo obviamente más perjudicial para el planeta pero lo mejor para sus sobreprotegidas naciones. En un año, por ejemplo, para la próxima cumbre en Italia, se tendrán listos una multitud de acuerdos comerciales y energéticos. La energía nuclear revive para su uso 'con fines humanitarios y pacíficos' y la falta de alimentos se solucionará de la manera más obvia posible: ¡produciendo más alimentos! Y la producción se regulará introduciendo las temibles patentes a toda la 'creatividad humana'. ¿Y, los plazos para todo esto? ¡Menos de un año! ¿Y los plazos para el medio ambiente? Ah, eso. Dentro de ciencuenta años más: la economía primero, todo lo demás viene después.
Lo cierto es que los líderes incorrectos del planeta no fueron capaces de lograr ningún acuerdo real, estaban 'con las manos atados' (sic). Ni siquiera quisieron darse plazos pues se excusan en lo 'delicado de su economía' y la fragilidad de sus sistemas bursátiles. ¡Patrañas! Los 8 amigotes se reunieron para rascarse las espaldas los unos a los otros: se deshicieron de un plumazo de las metas del Protocolo de Kyoto, borraron para siempre acuerdos sobre la proliferación de energía nuclear y modificaron los plazos para reducir la emisión de gases de invernadero. Se sentaron a comer como emperadores sin siquiera reflexionar acerca de las consecuencias de incrementar la producción de biocombustible a cargo de Brasil (el nuevo ecodepredador del grupo) y las consecuencias para los países azotados por esa voracidad, como Bolivia, que estoy seguro verá florecer campos de soya y caña de azúcar para saciar el hambre de esos 8 tragaldabas.
Es, como dice Greenpeace, una avalancha de malas noticias donde lo único bueno fue que soportamos, por última vez, la presencia de George II.
"No esperen acuerdos importantes respecto al medio ambiente" nos decía Fukuda algunas semanas atrás, y así fue. Los mayores avances se dieron en el terreno energético y económico, concluyendo lo obviamente más perjudicial para el planeta pero lo mejor para sus sobreprotegidas naciones. En un año, por ejemplo, para la próxima cumbre en Italia, se tendrán listos una multitud de acuerdos comerciales y energéticos. La energía nuclear revive para su uso 'con fines humanitarios y pacíficos' y la falta de alimentos se solucionará de la manera más obvia posible: ¡produciendo más alimentos! Y la producción se regulará introduciendo las temibles patentes a toda la 'creatividad humana'. ¿Y, los plazos para todo esto? ¡Menos de un año! ¿Y los plazos para el medio ambiente? Ah, eso. Dentro de ciencuenta años más: la economía primero, todo lo demás viene después.
Lo cierto es que los líderes incorrectos del planeta no fueron capaces de lograr ningún acuerdo real, estaban 'con las manos atados' (sic). Ni siquiera quisieron darse plazos pues se excusan en lo 'delicado de su economía' y la fragilidad de sus sistemas bursátiles. ¡Patrañas! Los 8 amigotes se reunieron para rascarse las espaldas los unos a los otros: se deshicieron de un plumazo de las metas del Protocolo de Kyoto, borraron para siempre acuerdos sobre la proliferación de energía nuclear y modificaron los plazos para reducir la emisión de gases de invernadero. Se sentaron a comer como emperadores sin siquiera reflexionar acerca de las consecuencias de incrementar la producción de biocombustible a cargo de Brasil (el nuevo ecodepredador del grupo) y las consecuencias para los países azotados por esa voracidad, como Bolivia, que estoy seguro verá florecer campos de soya y caña de azúcar para saciar el hambre de esos 8 tragaldabas.
Es, como dice Greenpeace, una avalancha de malas noticias donde lo único bueno fue que soportamos, por última vez, la presencia de George II.
A propósito de la encuesta XXI
Es como si lo hubiéramos sabido desde el principio: el grupo de los 8 ecodestructores del planeta no llegó a ningún acuerdo realista para la protección del planeta tierra (como lo había también anticipado el propio Primer Ministro japonés, Fukuda, antes de que las cenas y almuerzos trabajos se pongan a deliberar). Claro, eso sí, llegaron a buenos acuerdos comerciales y energéticos (nucleares) para satisfacer sus voraces necesidades. Lo peor de todo es que nos dejan el muerto a nosotros pues sus límites son a largo plazo, para cuando George II haya sobrepasado la centuria. ¿Y, ahora, qué nos toca hacer?
martes, 8 de julio de 2008
Manda tu mensaje a los del G8 & Cia.
Sólo sigue el enlace mostrado y deja tu mensaje para los miembros del G8. No dejes de hacer que tu opinión sea considerada: esta es tu oportunidad para hacerte escuchar. Somos nosotros los que debemos darles las ideas y son ellos los que deben obedecer lo que la gente les demanda. Un millón de voces para un millón de deseos. ¡Hoy es el último día de la cumbre!
domingo, 6 de julio de 2008
'En Sapporo no pasa nada'
Los 'miedos de incomunicación' corporativos no tienen el más mínimo interés en mostrar lo que pasa en Sapporo con motivo de la Cumbre del G8 que se llevará a cabo entre el 7 y el 9 de este mes. Para estas agencias de 'noticias' (Telemundo y AP y muchas más) en Sapporo sólo existen incidentes menores. Ellos no se han enterado -o no lo quieren decir- de las extremas medidas de seguridad practicadas en la ciudad, donde cualquier extranjero es detenido y cuestionado por la policía si es necesario asumiendo, por defecto, su potencial capacidad terrorista. No se han enterado de la protesta de esos extranjeros cuestionados.
A los grandes conglomerados mediáticos no les interesa que la AMARC haya organizado foros, simposios y reuniones multitudinarias donde la población civil ha podido expresarse libremente y sin censura acerca de lo que piensa. No se han enterado que las comunidades indígenas han estado activamente participando en foros para debatir sobre la necesidad de darles a sus poblaciones, comunidades campesinas o agrupaciones ciudadanas la posibilidad de transmitir su costumbre, forma de vida, necesidades, problemas e inquietudes a través del único medio que parece estar interesado en hacerlo: las radios comunitarias. ¡Incluso existe una cumbre alternativa al G8! Claro, a los conglomerados mediáticos esa necesidad les tiene sin cuidado y no se dan por enterados y quieren que el resto de la gente se quede igualito: ignorantes.
En Sapporo se han estado llevando a cabo infinidades de actividades relacionadas al Medio Ambiente, las Radios Comunitarias, Comunicación Alternativa, Interacción entre la universidad y la Sociedad, Políticas Mediambientales y Desarrollo Sustentable. Durante semanas la Universidad de Hokkaido, por ejemplo, ha estado llevando a cabo jornadas académicas reflexivas y críticas acerca de la necesidad que los países miembros del G8 (y los nuevos invitados a ese selecto grupo de ecodepredadores, México, India, Brasil, Sudáfrica, China) tomen medidas concretas, compromisos directos y un estricto apego a los ya establecidos, como el Protocolo de Kyoto, vergonzosamente rechazado por los EEUU y secundado por el resto de miembros de esta banda.
Un profesor (próximo candidato al Premio Nobel de Química) inventor de las celdas de combustibles delgadas (una mezcla de materiales absorbentes de radiación solar, TiO2, y colorantes orgánicos para producir energía eléctrica de manera sustentable) recordaba la necesidad de un compromiso real de los gobiernos del planeta para afrontar la crisis energética actual que ha derivado en una infinidad de peligros reales para nuestras vidas, la de los animales y plantas y, en general, para el planeta mismo. ¿Es eso acaso una protesta menor?
La tribu Ainu, habitantes originarios de la isla japonesa y que fueron completamente exterminados por los famosos samurais (la última superviviente muriendo hace ya varias décadas), ha dejado una marca indeleble en la memoria de sus descendientes que pudieron lograr rescatar -sin ninguna ayuda gubernamental- la memoria colectiva de esta cultura, su lenguaje, su manera de vida y su visión del planeta tierra (tan parecida a la visión del resto de culturas indígenas de la tierra). Ellos, conscientes de la importancia de estos acontecimientos, también han puesto su esfuerzo para organizarse y reunir representantes de otras comunidades indígenas de otros continentes. Todos ellos han expresado sus voces de protesta en los días pasados, y lo seguirán haciendo por lo que queda de esta semana. ¿Es otra protesta menor?
La verdad es que los 'miedos' que nos controlan han sabido hacerlo porque nunca cuentan la verdad de la gente. Nos cuentan la verdad que necesitan que sepamos; una verdad moldeada a la conveniencia del momento, una que se adecúe a sus planes y les libre de interferencias innecesarias: una verdad que le libre de protestas innecesarias. Es por eso que cualquier protesta real que provenga de esos actores sin voz es una protesta menor. La voz de protesta de los que nunca han tenido voz es una protesta menor, y como tal será siempre una noticia digna de ser olvidada. Para su desgracia, todavía existe gente que no se ha dado por vencida y le va a hacer la lucha. Rebelde también los apoya.
Nota: La Revista Agraria es uno de los proyectos comunitarios apoyados por el CEPES (Centro Peruano de Estudios Sociales) para promover la comunicación alternativa y también la expansión de las radios comunitarias. Los temas tratados en la revista involucran la participación activa de la población campesina e indígena para su análisis, pero sobre todo para su educación e información. Las actividades impulsadas a través del CEPES resaltan la participación de las mujeres, las comunidades indígenas y campesinas, la importancia del medioambiente, los derechos humanos y la defensa de la forma de vida y costumbres de las comunidades. Pero sobre todo, les da el poder a aquellos que no tienen voz para difundir su lengua, cultura y tradición de manera libre sin demandas ni exclusiones. Es, por lo tanto, un instrumento de protesta que está al servicio de la gente y que, por supuesto, tiene talla menor para los conglomerados mediáticos que no han dejado de ignorarlo, pues, es sabido que éstos no se especializan precisamente en aquellos temas.
A los grandes conglomerados mediáticos no les interesa que la AMARC haya organizado foros, simposios y reuniones multitudinarias donde la población civil ha podido expresarse libremente y sin censura acerca de lo que piensa. No se han enterado que las comunidades indígenas han estado activamente participando en foros para debatir sobre la necesidad de darles a sus poblaciones, comunidades campesinas o agrupaciones ciudadanas la posibilidad de transmitir su costumbre, forma de vida, necesidades, problemas e inquietudes a través del único medio que parece estar interesado en hacerlo: las radios comunitarias. ¡Incluso existe una cumbre alternativa al G8! Claro, a los conglomerados mediáticos esa necesidad les tiene sin cuidado y no se dan por enterados y quieren que el resto de la gente se quede igualito: ignorantes.
En Sapporo se han estado llevando a cabo infinidades de actividades relacionadas al Medio Ambiente, las Radios Comunitarias, Comunicación Alternativa, Interacción entre la universidad y la Sociedad, Políticas Mediambientales y Desarrollo Sustentable. Durante semanas la Universidad de Hokkaido, por ejemplo, ha estado llevando a cabo jornadas académicas reflexivas y críticas acerca de la necesidad que los países miembros del G8 (y los nuevos invitados a ese selecto grupo de ecodepredadores, México, India, Brasil, Sudáfrica, China) tomen medidas concretas, compromisos directos y un estricto apego a los ya establecidos, como el Protocolo de Kyoto, vergonzosamente rechazado por los EEUU y secundado por el resto de miembros de esta banda.
Un profesor (próximo candidato al Premio Nobel de Química) inventor de las celdas de combustibles delgadas (una mezcla de materiales absorbentes de radiación solar, TiO2, y colorantes orgánicos para producir energía eléctrica de manera sustentable) recordaba la necesidad de un compromiso real de los gobiernos del planeta para afrontar la crisis energética actual que ha derivado en una infinidad de peligros reales para nuestras vidas, la de los animales y plantas y, en general, para el planeta mismo. ¿Es eso acaso una protesta menor?
La tribu Ainu, habitantes originarios de la isla japonesa y que fueron completamente exterminados por los famosos samurais (la última superviviente muriendo hace ya varias décadas), ha dejado una marca indeleble en la memoria de sus descendientes que pudieron lograr rescatar -sin ninguna ayuda gubernamental- la memoria colectiva de esta cultura, su lenguaje, su manera de vida y su visión del planeta tierra (tan parecida a la visión del resto de culturas indígenas de la tierra). Ellos, conscientes de la importancia de estos acontecimientos, también han puesto su esfuerzo para organizarse y reunir representantes de otras comunidades indígenas de otros continentes. Todos ellos han expresado sus voces de protesta en los días pasados, y lo seguirán haciendo por lo que queda de esta semana. ¿Es otra protesta menor?
La verdad es que los 'miedos' que nos controlan han sabido hacerlo porque nunca cuentan la verdad de la gente. Nos cuentan la verdad que necesitan que sepamos; una verdad moldeada a la conveniencia del momento, una que se adecúe a sus planes y les libre de interferencias innecesarias: una verdad que le libre de protestas innecesarias. Es por eso que cualquier protesta real que provenga de esos actores sin voz es una protesta menor. La voz de protesta de los que nunca han tenido voz es una protesta menor, y como tal será siempre una noticia digna de ser olvidada. Para su desgracia, todavía existe gente que no se ha dado por vencida y le va a hacer la lucha. Rebelde también los apoya.
Nota: La Revista Agraria es uno de los proyectos comunitarios apoyados por el CEPES (Centro Peruano de Estudios Sociales) para promover la comunicación alternativa y también la expansión de las radios comunitarias. Los temas tratados en la revista involucran la participación activa de la población campesina e indígena para su análisis, pero sobre todo para su educación e información. Las actividades impulsadas a través del CEPES resaltan la participación de las mujeres, las comunidades indígenas y campesinas, la importancia del medioambiente, los derechos humanos y la defensa de la forma de vida y costumbres de las comunidades. Pero sobre todo, les da el poder a aquellos que no tienen voz para difundir su lengua, cultura y tradición de manera libre sin demandas ni exclusiones. Es, por lo tanto, un instrumento de protesta que está al servicio de la gente y que, por supuesto, tiene talla menor para los conglomerados mediáticos que no han dejado de ignorarlo, pues, es sabido que éstos no se especializan precisamente en aquellos temas.
Collar de historias: Discurso de agradecimiento al título de primer Ciudadano Ilustre del Mercosur. 3 de julio 2008. Montevideo
Nuestra región es el reino de las paradojas. Brasil, pongamos por caso: paradójicamente, el Aleijadinho, el hombre más feo del Brasil, creó las más altas hermosuras del arte de la época colonial; paradójicamente, Garrincha, arruinado desde la infancia por la miseria y la poliomelitis, nacido para la desdicha, fue el jugador que más alegría ofreció en toda la historia del fútbol; y paradójicamente, ya ha cumplido cien años de edad Oscar Niemeyer, que es el más nuevo de los arquitectos y el más joven de los brasileños.
O pongamos por caso, Bolivia: en 1978, cinco mujeres voltearon una dictadura militar. Paradójicamente, toda Bolivia se burló de ellas cuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Bolivia terminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó. Yo había conocido a una de esas cinco porfiadas, Domitila Barrios, en el pueblo minero de Llallagua. En una asamblea de obreros de las minas, todos hombres, ella se había alzado y había hecho callar a todos.
-Quiero decirles estito –había dicho-. Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro. Y años después, reencontré a Domitila en Estocolmo. La habían echado de Bolivia, y ella había marchado al exilio, con sus siete hijos. Domitila estaba muy agradecida de la solidaridad de los suecos, y les admiraba la libertad, pero ellos le daban pena, tan solitos que estaban, bebiendo solos, comiendo solos, hablando solos. Y les daba consejos:
-No sean bobos –les decía-. Júntense. Nosotros, allá en Bolivia, nos juntamos. Aunque sea para pelearnos, nos juntamos. Y cuánta razón tenía.
Porque, digo yo: ¿existen los dientes, si no se juntan en la boca? ¿Existen los dedos, si no se juntan en la mano? Juntarnos: y no sólo para defender el precio de nuestros productos, sino también, y sobre todo, para defender el valor de nuestros derechos. Bien juntos están, aunque de vez en cuando simulen riñas y disputas, los pocos países ricos que ejercen la arrogancia sobre todos los demás. Su riqueza come pobreza, y su arrogancia come miedo. Hace bien poquito, pongamos por caso, Europa aprobó la ley que convierte a los inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, que durante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices de los invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se ha promulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable si no estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo.
Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra forma parte de una América Latina organizada para el divorcio de sus partes, para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear. Todo a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolano llamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, a lomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder:
-Ustedes –clamaba don Simón-, ustedes que tanto imitan a los europeos, ¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad?
Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecía ser escuchado. Paradójicamente, lo llamaban loco, porque cometía la cordura de creer que debemos pensar con nuestra propia cabeza, porque cometía la cordura de proponer una educación para todos y una América de todos, y decía que al que no sabe, cualquiera lo engaña y al que no tiene, cualquiera lo compra, y porque cometía la cordura de dudar de la independencia de nuestros países recién nacidos:
-No somos dueños de nosotros mismos –decía -. Somos independientes, pero no somos libres. Quince años después de la muerte del loco Rodríguez, Paraguay fue exterminado. El único país hispanoamericano de veras libre fue paradójicamente asesinado en nombre de la libertad. Paraguay no estaba preso en la jaula de la deuda externa, porque no debía un centavo a nadie, y no practicaba la mentirosa libertad de comercio, que nos imponía y nos impone una economía de importación y una cultura de impostación.
Paradójicamente, al cabo de cinco años de guerra feroz, entre tanta muerte sobrevivió el origen. Según la más antigua de sus tradiciones, los paraguayos habían nacido de la lengua que los nombró, y entre las ruinas humeantes sobrevivió esa lengua sagrada, la lengua primera, la lengua guaraní. Y en guaraní hablan todavía los paraguayos a la hora de la verdad, que es la hora del amor y del humor.
En guaraní, ñe'é significa palabra y también significa alma. Quien miente la palabra, traiciona el alma.
Si te doy mi palabra, me doy. Un siglo después de la guerra del Paraguay, un presidente de Chile dio su palabra, y se dio. Los aviones escupían bombas sobre el palacio de gobierno, también ametrallado por las tropas de tierra. Él había dicho:
-Yo de aquí no salgo vivo.
En la historia latinoamericana, es una frase frecuente. La han pronunciado unos cuantos presidentes que después han salido vivos, para seguir pronunciándola. Pero esa bala no mintió. La bala de Salvador Allende no mintió. Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chile se llama, todavía, Once de Setiembre. Y no se llama así por las víctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No. Se llama así en homenaje a los verdugos de la democracia en Chile. Con todo respeto por ese país que amo, me atrevo a preguntar, por puro sentido común: ¿No sería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla Avenida Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra? Y saltando la cordillera, me pregunto: ¿por qué será que el Che Guevara, el argentino más famoso de todos los tiempos, el más universal de los latinoamericanos, tiene la costumbre de seguir naciendo? Paradójicamente, cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, más nace. Él es el más nacedor de todos.
Y me pregunto: ¿No será porque él decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en este mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen? Los mapas del alma no tienen fronteras, y yo soy patriota de varias patrias. Pero quiero culminar este viajecito por las tierras de la región, evocando a un hombre nacido, como yo, por aquí cerquita.
Paradójicamente, él murió hace un siglo y medio pero sigue siendo mi compatriota más peligroso. Tan peligroso es que la dictadura militar del Uruguay no pudo encontrar ni una sola frase suya que no fuera subversiva, y tuvo que decorar con fechas y nombres de batallas el mausoleo que erigió para ofender su memoria.
A él, que se negó a aceptar que nuestra patria grande se rompiera en pedazos; a él, que se negó a aceptar que la independencia de América fuera una emboscada contra sus hijos más pobres, a él, que fue el verdadero primer ciudadano ilustre de la región, dedico esta distinción, que recibo en su nombre.
Y termino con palabras que le escribí hace algún tiempo: 1820, Paso del Boquerón. Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, lo estoy viendo: se desliza el Paraná con perezas de lagarto y allá se aleja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde en la fronda.
Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.
Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento.
¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes que le lleguen? Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿se harán dignos de tristeza tan honda?
Su tierra. Nuestra tierra del sur. Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos la lastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda o estéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, general de los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.
O pongamos por caso, Bolivia: en 1978, cinco mujeres voltearon una dictadura militar. Paradójicamente, toda Bolivia se burló de ellas cuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Bolivia terminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó. Yo había conocido a una de esas cinco porfiadas, Domitila Barrios, en el pueblo minero de Llallagua. En una asamblea de obreros de las minas, todos hombres, ella se había alzado y había hecho callar a todos.
-Quiero decirles estito –había dicho-. Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro. Y años después, reencontré a Domitila en Estocolmo. La habían echado de Bolivia, y ella había marchado al exilio, con sus siete hijos. Domitila estaba muy agradecida de la solidaridad de los suecos, y les admiraba la libertad, pero ellos le daban pena, tan solitos que estaban, bebiendo solos, comiendo solos, hablando solos. Y les daba consejos:
-No sean bobos –les decía-. Júntense. Nosotros, allá en Bolivia, nos juntamos. Aunque sea para pelearnos, nos juntamos. Y cuánta razón tenía.
Porque, digo yo: ¿existen los dientes, si no se juntan en la boca? ¿Existen los dedos, si no se juntan en la mano? Juntarnos: y no sólo para defender el precio de nuestros productos, sino también, y sobre todo, para defender el valor de nuestros derechos. Bien juntos están, aunque de vez en cuando simulen riñas y disputas, los pocos países ricos que ejercen la arrogancia sobre todos los demás. Su riqueza come pobreza, y su arrogancia come miedo. Hace bien poquito, pongamos por caso, Europa aprobó la ley que convierte a los inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, que durante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices de los invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se ha promulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable si no estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo.
Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra forma parte de una América Latina organizada para el divorcio de sus partes, para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear. Todo a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolano llamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, a lomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder:
-Ustedes –clamaba don Simón-, ustedes que tanto imitan a los europeos, ¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad?
Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecía ser escuchado. Paradójicamente, lo llamaban loco, porque cometía la cordura de creer que debemos pensar con nuestra propia cabeza, porque cometía la cordura de proponer una educación para todos y una América de todos, y decía que al que no sabe, cualquiera lo engaña y al que no tiene, cualquiera lo compra, y porque cometía la cordura de dudar de la independencia de nuestros países recién nacidos:
-No somos dueños de nosotros mismos –decía -. Somos independientes, pero no somos libres. Quince años después de la muerte del loco Rodríguez, Paraguay fue exterminado. El único país hispanoamericano de veras libre fue paradójicamente asesinado en nombre de la libertad. Paraguay no estaba preso en la jaula de la deuda externa, porque no debía un centavo a nadie, y no practicaba la mentirosa libertad de comercio, que nos imponía y nos impone una economía de importación y una cultura de impostación.
Paradójicamente, al cabo de cinco años de guerra feroz, entre tanta muerte sobrevivió el origen. Según la más antigua de sus tradiciones, los paraguayos habían nacido de la lengua que los nombró, y entre las ruinas humeantes sobrevivió esa lengua sagrada, la lengua primera, la lengua guaraní. Y en guaraní hablan todavía los paraguayos a la hora de la verdad, que es la hora del amor y del humor.
En guaraní, ñe'é significa palabra y también significa alma. Quien miente la palabra, traiciona el alma.
Si te doy mi palabra, me doy. Un siglo después de la guerra del Paraguay, un presidente de Chile dio su palabra, y se dio. Los aviones escupían bombas sobre el palacio de gobierno, también ametrallado por las tropas de tierra. Él había dicho:
-Yo de aquí no salgo vivo.
En la historia latinoamericana, es una frase frecuente. La han pronunciado unos cuantos presidentes que después han salido vivos, para seguir pronunciándola. Pero esa bala no mintió. La bala de Salvador Allende no mintió. Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chile se llama, todavía, Once de Setiembre. Y no se llama así por las víctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No. Se llama así en homenaje a los verdugos de la democracia en Chile. Con todo respeto por ese país que amo, me atrevo a preguntar, por puro sentido común: ¿No sería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla Avenida Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra? Y saltando la cordillera, me pregunto: ¿por qué será que el Che Guevara, el argentino más famoso de todos los tiempos, el más universal de los latinoamericanos, tiene la costumbre de seguir naciendo? Paradójicamente, cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, más nace. Él es el más nacedor de todos.
Y me pregunto: ¿No será porque él decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en este mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen? Los mapas del alma no tienen fronteras, y yo soy patriota de varias patrias. Pero quiero culminar este viajecito por las tierras de la región, evocando a un hombre nacido, como yo, por aquí cerquita.
Paradójicamente, él murió hace un siglo y medio pero sigue siendo mi compatriota más peligroso. Tan peligroso es que la dictadura militar del Uruguay no pudo encontrar ni una sola frase suya que no fuera subversiva, y tuvo que decorar con fechas y nombres de batallas el mausoleo que erigió para ofender su memoria.
A él, que se negó a aceptar que nuestra patria grande se rompiera en pedazos; a él, que se negó a aceptar que la independencia de América fuera una emboscada contra sus hijos más pobres, a él, que fue el verdadero primer ciudadano ilustre de la región, dedico esta distinción, que recibo en su nombre.
Y termino con palabras que le escribí hace algún tiempo: 1820, Paso del Boquerón. Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, lo estoy viendo: se desliza el Paraná con perezas de lagarto y allá se aleja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde en la fronda.
Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.
Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento.
¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes que le lleguen? Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿se harán dignos de tristeza tan honda?
Su tierra. Nuestra tierra del sur. Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos la lastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda o estéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, general de los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.
Eduardo Galeano
sábado, 5 de julio de 2008
365 Maneras de salvar la Tierra: Día 114
Jardinería: Escoge compost y fertilizantes naturales antes que fertilizantes agroquímicos.
El uso de fertilizantes químicos que contienen nitrógeno contribuye a la contaminación del agua con nitratos. Siendo altamente solubles, estos nitratos son fácilmente arrastrados por la lluvia y transportados hasta los ríos y acuíferos. Los nitratos contribuyen a la eutrofización de ríos, causando un incremento en sus nutrientes de manera excesiva de tal forma que las algas crecen a tal velocidad que consumen todo el oxígeno disponible en el agua, sofocando cualquier forma de vida que pueda existir en ella. En el agua subterránea, grandes cantidades de nitratos interfieren con las fuentes de agua potable.
El uso de fertilizantes naturales en tu jardín -loess (material parecido al limo de origen glacial), bone-meal (mezcla de huesos molidos utilizado como fuente de fósforo), o ceniza de madera- y compost hecho de desechos orgánicos para mejorar la estructura y fertilidad del suelo en una manera natural y efectiva que también es sustentable.
Translated from: 365 Ways to Save the Earth by Philippe Bourseiller
FOTO: Rebelde
El uso de fertilizantes químicos que contienen nitrógeno contribuye a la contaminación del agua con nitratos. Siendo altamente solubles, estos nitratos son fácilmente arrastrados por la lluvia y transportados hasta los ríos y acuíferos. Los nitratos contribuyen a la eutrofización de ríos, causando un incremento en sus nutrientes de manera excesiva de tal forma que las algas crecen a tal velocidad que consumen todo el oxígeno disponible en el agua, sofocando cualquier forma de vida que pueda existir en ella. En el agua subterránea, grandes cantidades de nitratos interfieren con las fuentes de agua potable.
El uso de fertilizantes naturales en tu jardín -loess (material parecido al limo de origen glacial), bone-meal (mezcla de huesos molidos utilizado como fuente de fósforo), o ceniza de madera- y compost hecho de desechos orgánicos para mejorar la estructura y fertilidad del suelo en una manera natural y efectiva que también es sustentable.
Translated from: 365 Ways to Save the Earth by Philippe Bourseiller
FOTO: Rebelde
365 Maneras de salvar la Tierra: Día 113
Consumo: has uso de tus habilidades para el intercambio antes que tus habilidades para comprar servicios.
Toda la gente alrededor tuyo tiene una infinidad de talentos que posiblemente tú no tengas. Al mismo tiempo, tu puedes ofrecerles tus propias habilidades. Estas pueden ser profesionales -programador de computadoras, inversión financiera, retratos fotográficos- o más básicas, tales como levantando cajas o alimentando a un gato mientras el dueño se encuentra de viaje. En lugar de buscar en el teléfono por alguien que te brinde algún servicio, contrata a tus amigos o vecinos a cambio de algo. Es una manera diferente de incentivar a la gente para que mueva el mundo hacia una forma socialmente más humana.
Quizás alguien que vive cerca tuyo puede ofrecerte su ayuda para tu mudanza, y a cambio podrías ofrecer tus servicios para cuidar a sus niños.
Toda la gente alrededor tuyo tiene una infinidad de talentos que posiblemente tú no tengas. Al mismo tiempo, tu puedes ofrecerles tus propias habilidades. Estas pueden ser profesionales -programador de computadoras, inversión financiera, retratos fotográficos- o más básicas, tales como levantando cajas o alimentando a un gato mientras el dueño se encuentra de viaje. En lugar de buscar en el teléfono por alguien que te brinde algún servicio, contrata a tus amigos o vecinos a cambio de algo. Es una manera diferente de incentivar a la gente para que mueva el mundo hacia una forma socialmente más humana.
Quizás alguien que vive cerca tuyo puede ofrecerte su ayuda para tu mudanza, y a cambio podrías ofrecer tus servicios para cuidar a sus niños.
Translated from: 365 Ways to Save the Earth by Philippe Bourseiller
FOTO: Rebelde
365 Maneras de salvar la Tierra: Día 112
Estilo de vida: Celebra el Día de la Tierra y has algo positivo por ella.
En 1998, 25 millones de refugiados medioambientales tuvieron que huir de la destrucción provocada por la desertificación, los accidentes industriales y los desastres naturales. Esta cifra sobrepasó los 23 millones provocados por la guerra. Como resultado del cambio climático, los refugiados medioambientales se volverán mucho más numerosos, empujados fuera de sus casas por la sequía, las inundaciones, clima extremo e incremento de la marea. Se estima que para el 2020, 20 millones de personas habrán sido forzadas a abandonar las costas del delta de Bangladesh, una gran área de la India subcontinental que es epecialmente vulnerable a ser convertida en pantano. ¿A dónde irá toda esa gente?
Cada año, en Abril 22, más de 180 países celebran el Día de la Tierra. Úneteles en su celebración y forma parte de los eventos organizados en ese día. ¿Pero, por qué detenerse ahí? Conviértete en una persona ambientalmente activa y has de cada día un Día de la Tierra.
Translated from: 365 Ways to Save the Earth by Philippe Bourseiller
FOTO: Rebelde
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