El mercado mundial de armamento está bastante saludable (como se puede comprobar en un reporte que mencioné en un post pasado). ¿Deberíamos preocuparnos por ponerlo en mejor forma? Pues, a los científicos del centro de investigación Oak Ridge (ORNL) no les parece nada mal darles una manito más a los fabricantes de municiones, y al mismo tiempo, ayudar a la conservación del medio ambiente. ¿Cómo? ¿Una contradicción? Pues bien, según un reporte del ORNL (pueden leerlo aquí) se ha desarrollado un método para fabricar municiones libres de plomo y capaces de ser fácilmente reciclabes. Esto debido al efecto nocivo provocado por el plomo cuando es expuesto al medio ambiente y consumido directa o indirectamente por animales, aves, mamíferos o seres humanos que entren en contacto con residuos de dichas municiones, aunque una gran parte también les pasa a aquellos que manipulan los proyectiles y a aquellos que los disparan. Ahora, gracias a una nueva tecnología, que utiliza un nuevo material composite, basado en estaño, tungsteno y zinc, se puede disparar sin temor a contaminar a la potencial víctima (o al medio ambiente) mientras que, al mismo tiempo, se ahorra ya que el proyectil disparado se puede recuperar y posteriormente reciclar. Interesante manera de matar y ser conservacionista al mismo tiempo.
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