Los Juegos Olímpicos son la gran vitrina para que un país se venda a los conglomerados mediáticos y a las corporaciones que producen estrellas deportivas. El espíritu original de la 'mens sana in corpore sano' ha sido colgado en el estante, y con él nuestra dignidad como seres humanos. Ésta es una muestra de lo que no veremos en Beijing para que la mala imágen de la ciudad no se muestre al mundo, sino sólo las mejoras en las vidas de sus habitantes.
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