martes, 4 de noviembre de 2008

Condolencias para Wilson

La pasada semana, nuestro amigo y colega Wilson García Mérida sufrió la agonía y muerte de Lidia Limachi, su compañera y madre de sus dos hijos. Pidió auxilio y no le llegó a tiempo, pues el viernes 31 de octubre tuvo un paro cardíaco y se fue de este mundo.

Numerosa gente le hizo llegar sus condolencias, entre ellos Coco Manto, con un lacónico y sentido:"Resiste, compañero", la periodista Amalia Pando y el Padre Gregorio Iriarte, que envió un consuelo espiritual. Me sumo a ellos para decirle a Wilson que comparto su dolor y el de sus dos pequeños. No es ésta la mejor etapa en la vida de Wilson, sometido en especial a duras restricciones económicas que resiste con estoicismo. Él fue mi compañero de trabajo y uno de los cronistas más importantes de esta Villa, en particular por su obra "Un siglo en Cochabamba", que es una verdadera joya editorial. Hace unos días nos pidió detenernos en nuestras ajetreadas rutinas para dedicarle un instante en sus sentimientos, y hacer fuerza para que su compañera Lidia supere el duro trance en que se encontraba agonizando en Terapia Intensiva del Hospital Viedma. Wilson nos informó que aquella mañana Lidia había sufrido un paro cardiaco que la dejó en estado de coma. La emergencia los encontró sin recursos.


Wilson escribió una carta a Coco Manto que contiene una hermosa elegía de Lidia. Dice:

Jorge, hermano, gracias por el aliento. Con Lidia hemos estado resistiendo todo esto con el suficiente estoicismo y la necesaria dignidad. Y era ella siempre la más fuerte. No merecía esa muerte mi esposa querido hermano, tan estúpida, tan injusta. Era mi princesita aymara. Creo que mi esposa se fue de este mundo porque no era de él. Ella venía de un país utópico, el de sus ancestros, de su vigoroso linaje del señorío de los Limachis, de un pueblito chipaya cerca al Lago Poopó llamado Chucaracito, en la Provincia Saucarí de Oruro, donde el aymara que se habla es un puquina totalmente dequechuañizado, diferente al aymara de La Paz ; era un lugar, el de su origen, donde la inocencia y la virtud todavía reinan inmunes a la perversidad de nuestro mundo republicano y partidocrático. Vino sólo para enseñarme lo que me enseñó, y se fue, Jorge, en una partida absurda, cruel.
Antes de morir me decía que se estaba preparando para traducir a su aymara puquina un hermoso cuentito de doña Gaby Vallejo llamado "Amor de Colibrí".
Es poco el pago que le daré con mis penas querido hermano, es muy poco. No sabes lo que significa haber perdido de manera tan estúpida una joya semejante, rara, única, extraordinaria.

Sólo me queda el consuelo de saber que gentes buenas como tú existen todavía en este mundo para no sentirse uno tan solo ni desfallecer como quisiera.

Gracias querido Jorge, y por favor si lo ves al SubMarcos allá en ese bello país que es tu segunda patria, como la mía, salúdamelo a nombre de Lidia. Ella también era zapatista. Un abrazo, Wilson.

Ramón Rocha Monroy


Nota: Rebelde se une a las personas que expresan sus condolencias por la sensible pérdida sufrida por Wilson.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Concierto de Rock para Rockeros Bolivianos


No soy un fanático del Rock. Confieso que existen temas y grupos específicos a los que encuentro atractivos pero, en general, mi estilo musical -digo mejor gustos musicales- se ha inclinado por otro tipo de especialidades. En fin, estoy seguro de que existen muchos fanáticos que aprovecharán la oportunidad de asistir a un concierto de rock bolivian style. En el póster los detalles.

A propósito de la encuesta XXIV


Muchos pensarán que los zoológicos son educativos y que le ofrecen un hogar a animales que han sido discapactidos para regresar a su hábitats naturales. Algunos incluso justifican su existencia como reservas ecológicas de animales en pelilgro de extinción. Quizás haya algo de cierto en muchas de esas excusas pero, y esto es cierto, la verdad es que los zoológicos no están hechos para otro fin que no sea el generar una distracción a la cual sacarle rédito económico. Lo peor de todo, al menos en nuestro medio (todos recuerdan la historia del león Fido del zoológico de Oruro), es que el rédito económico nunca se refleja en mejores condiciones de vida para esos cautivos animales.

Los resultados de la encuesta de este mes muestran que, a pesar de que la mayoría opina no gustar de los zoológicos, todavía hay mucha gente que los encuentra atractivos. Es posible encontrar cosas positivas en ellos, no lo dudo, pero los malos ejemplos abundan acerca de la necesidad de desterrarlos como cámaras de torturas para animales. La opinión final la tienen ustedes, como usuarios, ciudadanos comprometidos con el ecosistema terrestre que requiere más cuidado del que actualmente le estamos dando.