El gobierno japonés ha estado evadiendo responsabilidades acerca de lo que considera una tradición gastronómica: comer carne de ballena al estilo sushi. Sin nada que envidiarle a los cochinotes políticos bolivianos (sanbiki no saru) las autoridades ambientales y de salud japonesas han preferido mirar hacia otro lado antes de afrontar lo que -luego de varios meses de trabajo arduo- ha sido descubierto por Greenpeace. La conferencia de prensa efectuada el día de ayer ha dejado en el ridículo a la falsa investigación ballenera japonesa que se disfrazaba para surtir a los comerciantes inescrupulosos de carne de ballena del mercado japonés. Ahora, ¿quiénes son los terroristas?
En el video un documental de la operación, en los enlaces los informes presentados por Greenpeace y el reporte con todas las pruebas necesarias para desbaratar el sangriento negocio del comercio de vida animal. Y también, las campañas para que ustedes, amigos, puedan participar.
En el video un documental de la operación, en los enlaces los informes presentados por Greenpeace y el reporte con todas las pruebas necesarias para desbaratar el sangriento negocio del comercio de vida animal. Y también, las campañas para que ustedes, amigos, puedan participar.