
Las actividades humanas, cualesquiera que sean, ejercen un gran efecto sobre el medio ambiente. Nuestras tradiciones, más aún, sin importar nacionalidades o credos representan una más de aquellas actividades que afectan a nuestro ecosistema. Las razones por las que me atrevo a afirmar eso son variadas, pero, quizás puedan ser resumidas en dos factores principales: la repetitividad de dicha 'tradición' y el incremento demográfico que hace de tal actividad una con mayor participación de practicantes con el consiguiente efecto incrementado sobre la naturaleza. La mayoría de las personas opinan de esa manera, aunque hay otras que discrepan. ¿Cuál es la opinión del lector?
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