miércoles, 14 de enero de 2009

Aislar al estado terrorista

Hace poco escribí en una nota sobre Gaza que los países que quieren realmente defender los derechos humanos debieran romper relaciones con Israel, que durante las tres semanas anteriores ha mostrado que es un Estado terrorista, que ha planificado el genocidio del pueblo palestino y pretende arrasar Gaza. Ahora leo con verdadera satisfacción que Venezuela y Bolivia han roto relaciones diplomáticas con Israel, lo cual es una muestra coherente de repudio a un país que de la manera más ostentosa y arbitraria, ha masacrado a más de mil ciudadanos palestinos, mientras el resto del mundo se conforma con tibios comunicados de censura que son apenas un saludo a la bandera.

La única medida que se puede tomar en estas circunstancias es una ruptura de relaciones, pues todos los intentos diplomáticos han fracasado debido a la influencia perversa que tiene el gobierno de Estados Unidos en la comunidad internacional. Los europeos, en gran parte responsables del drama palestino desde sus orígenes, no han dado un solo paso significativo para censurar o presionar a Israel. Los árabes tampoco. Egipto, con un gobierno cobarde, corrupto y aliado a Estados Unidos, ha rechazado incluso la tentativa de una reunión de los países árabes para discutir una acción común.

Las maniobras dilatorias y la indiferencia de los países "civilizados" ante el genocidio son insultantes para cualquier persona o comunidad que tenga un poquito de dignidad y de aprecio por la vida humana. Las cifras son demasiado claras como para confundirse: por una parte una veintena de soldados israelíes muertos en combate (algunos de ellos asesinados "por error" por sus propios compañeros), y por el otro lado más de mil ciudadanos de Gaza, la mitad de ellos mujeres, niños y ancianos, masacrados bajo bombas de todo tipo, incluidas las granadas de fósforo blanco.

Israel, que tradicionalmente ha violado todas las disposiciones de las Naciones Unidas, lo hace ahora una vez más, ignorando olímpicamente la resolución de alto el fuego que fue adoptada en días pasados. Israel no se ha dado por aludida, simplemente sigue masacrando. ¿Por qué entonces las Naciones Unidas no adoptan sanciones como las que adoptaron para aislar a Sudáfrica en tiempos del apartheid?

Las excusas que esgrime Israel para ejecutar un genocidio que estuvo planificado meticulosamente desde hace tiempo, son absurdas. Israel arguye que Hamas rompió la tregua, pero se ha establecido que fue Israel por lo menos en dos ocasiones quien rompió la tregua, y no Hamas. Por otra parte, los diplomáticos de Israel andan repitiendo una misma frase: "¿Como se sentiría usted si atacaran su país?" para tratar de aparecer como las víctimas de un ataque. Sin embargo, la verdad es otra, porque lo que Israel llama "su país", son territorios palestinos ocupados militarmente por Israel. Los combatientes de Hamas -movimiento político elegido mayoritariamente para gobernar los territorios palestinos- solamente tratan de expulsar al ejército invasor de los territorios palestinos.

Ya lo he dicho en el artículo anterior, y lo dicen todos los analistas que tienen memoria histórica: los combatientes de Hamas lo único que hacen es resistir a un ejército de ocupación, de la misma manera que los judíos se insurreccionaron en el ghetto de Varsovia contra las tropas de ocupación nazi, y de la misma manera que los anarquistas y los maquis franceses resistieron, con bombas, armas y con lo que fuera, la ocupación de los ejércitos de Hitler, que sometieron a Francia durante más de cuatro años.

La ocupación de Palestina por Israel dura ya más de seis décadas, gracias al apoyo de Estados Unidos. Lo que fue al principio, en 1947, un territorio reducido que las potencias regalaron a Israel en territorio palestino, se ha convertido a través del tiempo, y sobre todo desde 1967, en un espacio que confina a la población palestina a dos pedazos de territorio separados por el ejército invasor.

De qué vale que en cinco o diez años se forme un tribunal para juzgar a los dos Ehud, Olmert y Barack, los artífices de es te genocidio. Necesitamos que se haga justicia ahora. Es fundamental que tengamos un sentido más vivo de la historia, como algo que está en nuestras manos modificar hoy mismo, y no cuando sea demasiado tarde. Por ello, mientras más países se sumen a la ruptura de relaciones con Israel, mejor sabremos quienes están realmente por los derechos humanos, y quienes se escudan detrás de declaraciones diplomáticas que no sirven para un carajo.

Alfonso Gumucio


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