miércoles, 30 de enero de 2008

Estos carnavales, ¿quién inventaría?


Hace algunos días un amigo opinaba que una de las peores degeneraciones que se viven en Bolivia era la del carnaval. En cierta forma yo opino como él. Es verdad, muchas veces existen tradiciones que son una verdadera joya cultural a la cuales se deben preservar. ¿Hasta qué punto podemos considerar a nuestro carnaval boliviano una joya? Como quiera que sea, creo que los excesos hay que condenarlos, y si es por esos excesos que una fiesta se degenera entonces se debería pensar en cancelarla o poner entre rejas a aquellos que los cometen para que la tradición continúe. Me quiero referir, en esta oportunidad, a los números del carnaval. Números rojos , color sangre, del carnaval boliviano, pero que sólo buscan generar una reflexión antes que controversia.
El cálculo es simple, como pueden ver en la tabla. Simplemente he ordenado los productos que se usan durante el carnaval, les he puesto un precio (ridículamente inferior en algunos casos a su valor verdadero) y los he multiplicado por los tres días que se supone dura el carnaval. Analicemos un poquito los resultados de ese simple cálculo aritmético con una crítica a la razón por la cual las incluí en la lista negra de las Carnes Tolendas.
Para empezar, y utilizando cifras oficiales del INE para los cálculos demográficos, supongamos que de los aproximadamente 10 millones de bolivianos sólo 1 se entregue al desenfreno del carnaval de una u otra manera. Es necesario recalcar que los carnavales regionales difieren en estilo y 'tradición'. Como la famosa ch'alla, o las coronaciones de reinas, o las comadres, etc. Lo que apunto en la tabla es tan sólo una aproximación generalizada del asunto. Es así que de esos 10 millones, descontando, ancianos, infantes, personas enfermas o que por una u otra razón no puedan participar de las festividades, consideremos tan sólo 1 millón de bolivianos dedicados al desenfreno. Las cifras, obviamente, pueden variar. Pero, en fin. Comencemos.

1. Las famosas espumas brasileñas 'Rei Momo', tóxicas, adulteradas, infiltradas de contrabando y contaminantes de las aguas. El precio y el tamaño varían, pero no creo que mucho más de lo que se apunta en el cuadro.

2. La tinta, utilizada para 'jugar' y pintar a todo el que se atraviese, al que sea de otra banda o comparsa o simplemente para 'divertirse' viéndoles como son arrojadas a los ojos de cualquier humano-blanco potencial y que para colmo van a parar a los desagües, bloqueándolos y contaminando nuestras aguas.

3. Harina. No sé si se use tanta harina como antes se solía, pero creo que aún se sigue utilizando. Este número puede variar, dependiendo de cuánta hambre tenga la gente, en cuyo caso el precio necesariamente ha de incrementarse.

4. Yo no sé cuántos globos de agua se utilicen por día, especialmente por los más jóvenes. Pero, considerando que muchos salen pinchados, otros, ya con agua, se revientan y los demás son desperdiciados, calculo que 1 por día es ideal. Al final, todos los desechos de los globos reventados van a parar al mismo desagüe bloqueándolo. Ni decir de los cientos de años necesarios para su degradación natural.

5. Repartir preservativos para prevenir el SIDA es como lo que se hizo con Adán en el paraíso. Se le dio el árbol y se le dijo los peligros. Igualito, Adán hizo caso omiso y se las mandó de pecador. No me extraña que luego de nueve meses la población se incremente en Bolivia, ni que existan muchas madres solteras ni que las enfermedades de transmisión sexual se hayan incrementado. Una carta blanca a la que le doy 1 Bs de valor considerando que los van regalando. Como el resto de desperdicios ya mencionados, este también va a contaminar aguas y sumideros.

6. Mi Ma siempre decía que el más feliz con el carnaval era el Max Fernández. Pues, los Fernández cerveceros siempre fueron felices con su fábrica hasta que la vendieron. La cerveza consume millones de litros por día para fabricarse, y así se desperdicia y genera accidentes con muerte, peleas con muerte y para colmo es el auspiciador oficial del carnaval (o de cualquier otro evento). En Bolivia no se toma más cerveza nada más porque no somos más. Una pena. Puse sólo una botella por persona, por día. Y debemos aceptar que la mayoría se jacta de 'cascarle varias chelas sin que se les suban a la cabeza' (!?). ¡Qué bárbaros!

7. Cohetes, serpentinas, mixturas y confites. Aún cuando no todo el mundo hace uso generoso de ellos, su uso es sin duda generalizado. Sólo 5 bolivianitos por día para cada uno de ellos, aunque estoy convencido de que la cantidad invertida va mucho más allá que el mísero total que considero para todos estos productos. Como antes, estos van a parar a las bocas de tormenta, bloquean los desagües y se destiñen cuando son arrastrados por el agua que, otra vez, contamina nuestras reservas acuíferas.

8. Tres bolivianitos para un chisguete y una máscara ( sin contar los trajes, los equipos especiales y demás vainas), me parece bastante barato. Aún así lo considero porque ¡es carnaval!

9. Millones de flores son utilizadas para adornar carrozas, casas, vehículos, etc., etc. ¡Una gran depredación!

10. Considerando que un 'joven travieso' usa tan sólo dos baldes de agua por día, y que cada balde tenga 5 litros de agua, me imagino que esta cantidad es más bien modesta. De todas formas la incluyo, porque el agua es un bien invaluable con el que no deberíamos jugar. A no ser que seamos tan responsables de cuidar nuestras reservas acuíferas y las protejamos, cosa que, como ya se ha visto, no está sucediendo. Esta es quizás una de las peores depredaciones.

11. Para terminar, los 'adornos' de las reinas, de los bailarines y de todo lo que sea utilizado para hacer de las 'tradicionales entraditas' un evento memorable y, si es posible, patrimonio universal. Todo vale para hacer realidad este sueño, hasta depredar nuestras especies para que nuestros trajecitos se vean más vistosos, nuestras reinas más bellas y nuestro carnaval más original. Esta depredación no tiene precio, pero para no ser tildado de exagerado le pongo un precio simbólico de 2 bolivianos por pluma (y eso que hay cosas a las que no estoy considerando como la lana, la seda, las pieles y demás 'bienes' de origen animal).

Estoy seguro de que muchos discutirán el hecho de que no todo ese millón de bolivianos hará todo lo que indica este cuadro, pero estoy seguro, al mismo tiempo, que habrán más de un millón de bolivianos (y extranjeros) que sí harán muchas de las cosas mencionadas, y que no sólo serán partícipes de estas tradiciones religioso-paganas sino que también contribuirán al daño mencionado. Así que, considerando ese millón de carnavaleros dispuestos a divertirse sin parar (ya que el carnaval no se posterga aún cuando haya gente sufriendo por las inundaciones, se siga cayendo el cielo, llueve, truene, o un ejército nos invada) llegamos a la astronómica cifra de... ta ta ta tan: ¡74 millones de dólares! (tomando en cuenta el cambio oficial de 1 USD = 7.577 Bs)
Creo que, considerando que pudiéramos juntar todo ese dineral y utilizarlo adecuadamente seríamos capaces de ayudar al país, pagar parte de nuestra deuda externa o alimentar no sólo a nuestra gente sino a la de varios países africanos. Hay cosas que no estoy considerando como los derechos a participar de tal o cual fraternidad, las cuotas para ensayos, contratación de la banda, de los locales, los gastos en pasajes, en alojamiento, en alimentación y por supuesto en la renta-alquiler-compra de trajes, las precarnavaleras, los presteríos, bailes hasta el amanecer, el alba, etc., etc., etc., con los cuales las sumas de dinero se hacen más exorbitantes. ¿Y el precio por depredar nuestro medio ambiente contaminado con humos de pólvora, comida desperdiciada, aguas sucias, orines de borrachos y otras de sus emanaciones? Eso no tiene precio pues no hay dinero en el mundo que pueda compensar la destrucción del futuro de nuestros niños. Leo en un panfleto de la UNHCR, "Si somos el futuro y estamos muriendo, es que no hay futuro".
No sé, creo que ya va siendo hora de ponernos a pensar y dejar de reclamar tanto por un país que parece quererse hundirse solito, gracias a sus propios hijos. Es una pena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, se producen muchos excesos en los carnavales y sin duda son muy dañinos para la salud del ambiente. No pude evitar pensar en la propaganda de Master Card al leer los comentarios y las cifras. A un traje puede ponerse un precio económico pero a las cientos de especies animales usadas para confeccionar esos bellísimos trajes? pues no verdad? Eso como dice la propaganda “no tiene precio… hay cosas que no se pueden comprar, para todo el resto existe…” ya saben lo que viene.
Sin embargo, será posible imaginar que podemos hacerlo de una forma sana? Sin excesos y sin animacidios? Yo creo que si, siempre hay mejores opciones, na más hay que encontrarlas, difundirlas, apoyarlas. Así por lo menos no pesará en las conciencias (o en nuestras tradiciones?) todas estas cosas, a veces sin pies ni cabeza…
Un saludo,

Rebelde dijo...

Seguro que sí. Todo tiene una alternativa, lo malo del ser humano es que siempre busca la manera más fácil de hacer las cosas, por esa simple razón la Revolución Industrial tuvo tanto éxito y la fabricación en serie le siguió. No se puede permitir cometer excesos, especialmente cuando se trata de algo tan delicado como el ecosistema, es un crimen y como tal debería ser penalizado. Creo que una Ley que proteja a los animales, prohíba su utilización con fines de lucro y los excesos cometidos con especies que pueden o no estar en peligro de extinción es necesaria en el país. Debemos presionar para que esto sea una realidad.

Saludos Rebeldes